Hemos pasado unos dias en familia a principios de julio.
Y no hemos podido elegir mejor. Los apartamentos formidables, limpios y nuevos, no les faltaba ni un perejil.
El trato de Alfredo y de su familia maravilloso, atento y pendiente en todo momento de que nada nos faltase y orientándonos sobre sitios que visitar y a donde acudir.
Además nos recibieron con una deliciosa tarta de manzana y con sidra que rieté tú de Masterchef.
Mar, la persona encargada de arreglar los apartamentos, atenta y simpatica como nadie, dan ganas de achucharla constantemente, un amor.
Y el enclave, como digo en el título, un paraiso. Rodeado de unas vistas espectaculares mires hacia donde mires, además de árboles frutales. y justo al lado el pueblín, por el que da gusto pasear con una pequeña parroquia.
Además playas cercanas y pueblos típicos asturianos.
En definitiva, altamente recomendable. No os defrudará.
"Asturias, si yo pudiera, si yo supiera cantarte...
Asturias verde de montes y negra de minerales".
Pedro Garfias.