Hemos pasado un fin de semana muy divertido porque Soria es fantástica y la compañía era inmejorable pero el loft no es muy recomendable, es muy bonito pero bastante incómodo. Aunque sabíamos que se trataba de un espacio diáfano y que las camas estaban divididas sólo por stores no suponíamos que la luz natural también nos llegaría al amanecer (no hay persianas). Arriba tampoco hay baño y las escaleras para bajar hacen bastante ruido y si a esto sumamos la cercanía de la carretera general, no consideramos un sitio muy apropiado, si quieres pegar ojo claro. Aunque hemos ido en agosto, hablamos de Soria, así que por la noche tampoco la temperatura interior era la deseada, pero no nos dieron solución.
En cualquier caso, lo más significativo, negativamente hablando, nos ha parecido el trato de Enrique. Demasiadas normas? yo diría exigencias, poco apropiadas a mi entender, para estar de cara a un público en momento de ocio. Nos invitó a realizar el pago total a la llegada y una fianza que nos devolvería mediante transferencia cuando nos hubiésemos ido. La primera noche, le llamamos para ver si podíamos poner la chimenea xq hacía frío y nos dio muchas explicaciones de por qué no pero ninguna solución, además de la manta del sofá. En una de las veces que vino a comprobar si le habíamos pagado el total ya, riñó y prohibió a las niñas coger moras de las zarzas silvestres colindantes, y cuando le dijimos que nos queríamos quedar a comer el domingo que salíamos nos dijo que su idea era que nos fuéramos antes porque le bloqueábamos la preparación de las casas. Ante nuestra insistencia cedió, pero que nos fuéramos a las 17 h le parecía poco menos que una locura. Finalmente salimos a las 16.30 h, le llamamos en varias ocasiones para ver cómo procedíamos con las llaves, le mandamos varios mensajes pero todavía estamos esperando contestación...
Desde luego, aunque somos usuarios frecuentes de alojamientos rurales, a este no volveremos.
A lo mejor por este medio nos contesta :)