Estuvimos una semana en Julio, con un tiempo envidiable. Las vistas extraordinarias, sin duda el punto fuerte de la casa junto con el jardín y la situación. La gente amabilísima. Los críos estuvieron a sus anchas y nosotros muy a gusto.
Rubén nos aconsejó acertadamente sobre las posibles excursiones o rutas que se podían hacer, que no son pocas: Segovia capital, La Granja, Turégano, Sepúlveda, Pedraza, Coca, Riaza, Ayllón, Guadarrama, el valle del Pirón, el rómánico de la zona, la gastronomía... vamos que si quieres, puedes pegarte una semana a trotecuto sin parar. Nosotros preferimos combinar las excursiones con los momentos para disfrutar de la tranquilidad que ofrece la casa.
El único pero que hay que poner es la cloración del agua. Se podía usar el agua de grifo para lavar o para hervir, pero no nos recomendaron que la usáramos para beber. Al final, tuvimos que usar agua embotellada en garrafas prácticamente para todo: lavar la verdura, beber, fregar... por si acaso. Probablemente no habría pasado nada, pero si te avisan, es mejor prevenir.
En cualquier caso, hacemos este comentario de forma constructiva, ya que en general todo lo anterior compensa el tema del agua. Seguro que en breve Rubén y sus chicas (que nos acordamos de la pequeña también) solucionan el tema. Estamos muy satisechos con la experiencia, una de las casas rurales que mejor sensación nos ha causado, sin ostentaciones, pero con muchas otras ventajas.