La casa está perfectamente equipada y es muy confortable, con habitaciones espaciosas y bien ventiladas. La cocina está bien equipada. Pero destacaría el patio-terraza, con una estupenda barbacoa (churrasqueiro) y una muy útil ducha con agua caliente, ideal para refrescarte de vuelta de la playa y eliminar la arena antes de comer y descansar.
La casa está muy bien situada, a escasos minutos andando de la playa. La localidad tiene un pequeño mercado de abastos que en verano está bien pertrechado, aunque en invierno prácticamente solo funciona la panadería. Eso sí, el pan tradicional alentejano es muy bueno. Si la plaza de abastos está cerrada, hay supermercados a escasos minutos en coche a la redonda.
Vila Real de Santo Antonio está muy cerca, con un estupendo mercado de abastos donde se puede encotrar un muy fresco y rico pescado que luego asar en la barbacoa. A diez minutos está Tavira, una bonita ciudad donde pasear tranquilamente junto a su ría. Hay buenas pastelerías (pastelaria), heladerías y mejores restaurantes donde degustar la gastronomía típica portuguesa.
Para hacer turismo natural es digno de visitar el espacio protegido de la Ría de Formosa, en los alredores de Faro. Más cerca, pero en la misma ría, hay que destacar la "Praia do Barril" (Pedras de El-Rei), a la que puede accederse por un pintoresco tren (opcional, también se puede ir andando) para ver un curioso "cementerio de anclas".
A la Isla de Tavira (Ihla de Tavira) se llega necesariamente en barco, ya sea el que cubre regularmente ese trayecto o mediante barca-taxi (más cara). Merece la pena porque la playa es espectacular. Si los restaurantes de la zona no están abiertos (fuera del verano), es recomendable llevarse el almuerzo para disfrutar del día. ¡Cuidado! El barco es puntual y hay que recordar que es una hora menos que en España.
Otros sitios que merecen la pena son Fábrica, Cacela Vehla o Castro Marim (con su bien conservado castillo), entre otros.
Hemos estado varias veces siendo 6 de familia e intentaremos volver siempre que podamos.