Se trata de una casa en un emplazamiento perfecto para hacer senderismo en la Sierra de Segària, un precioso entorno natural. La ubicación de la casa es lo mejor, pues se pueden hacer rutas directamente desde allí sin coger coche. Además el entorno es bastante tranquilo, solo señalar que uno de los vecinos tiene un par de perros que ladran por las noches. Por el día es muy tranquilo. El exterior de la casa también está bien estructurado con distintos espacios y bancales para poder disfrutar del sol y comer a gusto (piscina, horno moruno, etc.), las vistas son magníficas, por un lado, se ve el mar, y por el otro, montaña y naranjos.
En cuanto al interior de la casa, no está mal, la cocina está equipada con horno y lavavajillas, aunque se echa de menos una cafetera en condiciones, puesto que la que hay es de goteo y está vieja, nosotros tuvimos que comprar una; decir que el microondas tuvimos que limpiarlo por dentro, puesto que estaba sucio con salpicaduras. El baño principal tiene bañera, pero decir que es imposible darse un baño, porque el agua caliente se acaba enseguida, hay que ducharse rápidamente, deberían poner un calentador de más capacidad. Por otro lado la distribución del salón es ilógica e incómoda, puesto que la televisión (pequeña) está muy lejos de los sofás (viejos e incómodos) que se encuentran en un habitáculo semiseparado del comedor, dónde además, está la chimenea, y de esta manera, en invierno, no puede disfrutarse el espacio en su totalidad. Con respecto a las habitaciones, decir que las camas son de muelles, incómodas (al igual que las almohadas), además, las camas de matrimonio son pequeñas, y, destacar que la dueña sólo nos dejó un juego de cama (para 9 días) decidiendo por nosotros la habitación en la que debíamos dormir, cosa que no entendemos, puesto que alquilamos íntegramente la casa y tendríamos que haber podido elegir dónde dormir. Finalmente, cabe destacar que la dueña nos cobró a parte la electricidad, cosa que no se nos comunicó de antemano, nunca nos había pasado algo igual con ningún alquiler, normalmente está incluido en el precio. También destacar que la dueña, muy desconfiada, nos acusó de haber roto y sustraído elementos de la cocina que más tarde encontró (una tapa de sopera), y que, según ella, tienen mucho valor emocional, si es así, no debería dejarlos en un inmueble en alquiler. En resumen, todo muy incongruente por su parte.