Somos un grupo de 10 amigos que hemos estado en más de 20 casas rurales. Tengo que decir que la casa en sí (instalaciones nuevas pero con toque rústico, sillones supercómodos, camas perfectas, vajilla amplia, vasos de sidra jeje) es de las mejores. Pero sin duda lo mejor es el trato humano. Ricardo, Feli y su madre son alucinantes. Merece la pena ir a Turrubuelo sólo para tener una agradable charla en el bar. Todo lo que hicieron por nosotros, la leña, los medicamentos cuando tuvimos un tobillo accidentado, enseñarnos la iglesia por dentro, facilitarnos el poder asar el cordero, recomendarnos ir a comer a Burgomillodo (jamás lo hubiéramos conocido)... Qué buen rato pasamos charlando en su bar! Además de eso, el entorno es muy bonito, Sepúlveda, las vistas a la Sierra de Guadarrama, la Ermita de San Frutos... Nunca hemos repetido una casa rural en más de 20 salidas, pero esta vez haremos una excepción, sin ninguna duda. Estamos deseando volver.